Del Espíritu Conflictivo a Hacedores de Paz.
FAMILIA FELIZ
Del Espíritu Conflictivo a Hacedores de Paz “Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados Hijos de Dios”. Mt. 7, 7-12
La Virtud ser hacedor de paz.
El Virus es el Espíritu conflictivo.
Un hacedor de paz se requiere con urgencia donde hay conflictos. Cuando lo ven llegar dicen: ¡Qué bueno! llegó la paz a esta casa. Pero cuando llega el conflictivo todos quieren huir de su lado, porque llega el desasosiego y se pierde la paz. Un hacedor de paz debe saber escuchar hasta al más necio sin inmutarse, sin perder la paz; ante los gritos altisonantes, permanece callado y espera el momento de calmar los ánimos. Hay muchos que no han entendido que no son muchas palabras sino pocas, pero llenas de sabiduría, las que llevan a la paz; incluso muchas veces se llega a la paz a través del silencio.
Da gusto encontrarse con una persona así, un hombre o una mujer cuyo rostro de paz tiene un encanto especial; sus ojos brillan, toda ella es fragancia de Dios, es una persona reconciliadora que busca siempre la armonía en las relaciones, vive el misterio de la fraternidad como expresión de la paz.
Si siembras recuerdos bellos día a día; cuando mueras les dolerá tu ausencia, pero les animará esos preciosos momentos vividos en la más profunda paz.
Busca a Dios a través de la oración, de la capacitación, del crecimiento en la comunidad. Búscale de día y de noche pero sobretodo búscale dentro de ti, en tu corazón; allí habita quien tanto te ama.
El hacedor de paz vive en paz con Dios, con los demás y consigo mismo, y se esfuerza porque las personas vivan en paz unas con otras; es un permanente sembrador de paz.
Lo que más necesita el mundo entero son familias que vivan esta Bienaventuranza; familias de paz y familias que construyan la paz; familias reconciliadoras. Que de ellas digan como decían de las primeras comunidades: “Miren cómo se aman”. Parodiando esta aclamación: “miren, qué paz que se experimenta cuando estamos con ellos”, viven en el Espíritu de Jesús.
EL VIRUS QUE IMPIDE SER HACEDOR DE PAZ ES: EL ESPIRITU CONFLICTIVO.
El conflictivo es el que no se entiende ni él mismo; es intolerante, violento, problemático, habla y juzga a todo el mundo; escucha y tolera los rumores y los utiliza para dañar el corazón del otro. Como no tiene paz consigo mismo, menos la tiene con los demás. Allí donde no hay conflicto, él busca el conflicto. ¿Quién es feliz así? Nadie es feliz si no encuentra la fuente de la paz, y la fuente de la paz está en el mismo corazón de Dios. JESUCRISTO es la paz.
La persona conflictiva se va quedando sola, se vuelve amargada; los rasgos de su rostro, se tornan en dureza y rigidez en su trato; empieza a darse una fragmentación interior y un desgaste de toda la persona.
En cambio, un hacedor de paz renuncia a ser conflictivo, problemático, y asume una actitud de reconciliación, de dominio propio. Se deja llevar a aguas de reposo; permite que Él sosiegue su alma y lo lleve a verdes prados; lo reconoce como el Príncipe de la paz y aunque le cueste, da pasos de unidad tomado de su mano.
PROMESA PARA LOS HACEDORES DE PAZ
Los que trabajan por la paz serán llamados hijos de Dios; es decir, de la familia del Padre, quien con su Hijo Jesucristo a través del Espíritu Santo viven en gozo permanente. El hombre o la mujer que viven en paz plena con Dios, y que además trabajan por la paz, son reconocidos como hijos predilectos; pueden gozar de todo lo que goza la familia celestial, sobretodo de la plenitud del amor.
Esposos Humberto Díaz e Isabel Botía.
radiovaticana.org
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